jueves, 18 de octubre de 2012

A LUCERO

¡Cómo has caído del cielo, Lucero, hijo de la Aurora!
 
Arcángel de alas negras
que nunca tiembla o llora,
el hijo de la aurora
y príncipe del sol.
Te rezo por que acudas,
serpiente retorcida,
a rescatar mi vida
Me rindo a tu control.

A ti, señor maldito
por culpa del orgullo,
me ofrezco todo tuyo
te doy mi libertad.
Aléjame de todo,
volemos juntos lejos.
Detrás de los espejos
existe otra verdad.

Me dormiré despacio
entre tus manos frías
que arrastrarán las mías
hacia el anochecer.
Empújame, en el sueño,
al atrayente abismo
que todo da lo mismo.
Me dejaré caer.





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