sábado, 22 de octubre de 2011

EL PUENTE

La he visto cruzar el puente
llevando un ramo de lirios
más hermosos que la aurora
y más blancos que el olvido.
No sufría, ni lloraba,
tenía el gesto tranquilo.
La llamé, no me hizo caso,
no se apartó del camino;
el rumor de los cipreses
era un muro ante mis gritos.
No cruces, amiga, dije,
al otro lado del río
donde la noche es más larga
y el tiempo es sólo un suspiro.
Abandonas a tus padres,
tus hermanos, tus amigos,
a todos los que te quieren.
¿Acaso te da lo mismo?
Si pasas a la otra orilla
no tengo más que un destino.
Aunque nunca me creíste,
de nuevo te lo repito;
siempre estaré al lado tuyo.
¡Espera, que yo te sigo!


viernes, 14 de octubre de 2011

EL QUE SOY

Ego sum qui sum

Latir al corazón,
moverse a los planetas,
reírse a la cascada,
llorar a las tormentas;
a todos los escucho,
en mi morada eterna
detrás del universo.
Conozco la materia
oscura y luminosa
que forma: las estrellas,
las almas de los hombres,
el centro de la tierra,
el brillo de una lágrima,
el baile de una fiesta,
el fondo del océano,
la fronda de la selva.
Yo soy el arquitecto
del alba primigenia.


lunes, 10 de octubre de 2011

NOCTURNAL

Todo en la noche se ve más claro
con las estrellas de acompañantes.
Las horas brunas serán brillantes.
No existe llanto, ni desamparo.

Hay todo un coro detrás del velo
que no escuchamos durante el día.
Nos acompaña su melodía
con la penumbra por tierra y cielo.

El sueño limpia como la espuma
de un baño suave todos los males.
Benditas sombras angelicales,
bajo su manto la pena esfuma.

El alma sabe, lo teme el juicio,
que entre tinieblas todo es incierto,
todo es posible, todo está abierto,
lo inverosímil y lo ficticio.

Si un cosquilleo tus labios toca
a medianoche con todo oscuro
quizá la luna, con un conjuro,
te manda un beso desde mi boca.


lunes, 3 de octubre de 2011

TORMENTA A DENTELLADAS

Yo soy el sueño explícito, desnudo,
de líquidos amargos y carnales;
tormenta a dentelladas, de inmortales
sin nada que temer, de sexo en crudo.

Caricias en tu cuello, las orejas,
y manos en la espalda y en tus senos.
Soy dedos incansables y ojos llenos
de la lasciva unión de las parejas.

Si quieres que prosiga, paro, río,
y exijo que supliques atrevida.
Acepta que has perdido la partida;
tu espíritu rebelde es todo mío.

Penetrará mi amor hasta los huesos.
Empuñaré un cuchillo que desata
como si fuera un mar de fuego y plata,
y te apuñalaré, mujer, a besos.