viernes, 22 de diciembre de 2023

INEXPUGNABLE

Vuélvete fuerte, corazón herido,
cemento armado, puño que amenaza,
filo de sombras, corazón coraza,
detén el ritmo dulce del latido.

Hiela tu sangre, corazón pequeño.
Olvídate de todo que no existe
ningún motivo para estar tan triste.
Viste de luto y huye de tu sueño.

No vuelvas a creer en nadie, mira
siempre de frente, siempre hacia el futuro,
mientras te vuelves cada vez más duro
en este mundo lleno de mentira.

No vuelvas a sufrir, no lo merece.
Todo el amor es un maldito cuento,
ciega tu pozo, seca el sentimiento,
aprende, no te engañes, lucha, crece.

Sé como el mar que ruge en la tormenta
o como el sol terrible del verano,
inexpugnable, cegador, lejano,
un dios que ni perdona ni lamenta.



sábado, 9 de diciembre de 2023

PLUMA Y PUÑAL

Rítmame amor con versos en la boca.
Mi lengua se abrirá en tu silva oscura
y sentirás la lira fuerte, pura
atravesarte el alma como loca.

Somos metáfora que fluye y quema
de un dios carnal, señor de los secretos,
encadenados como los tercetos
al corazón sangrante del poema.

Toma mi pluma, clava su puñal,
entiérralo en la herida palpitante.
Seamos el romance del amante
y llénate de amor hasta el final.



viernes, 8 de diciembre de 2023

EL BEDEL

Cuidado con el bedel,
cuidado con él.
Se llama Samuel Laurel
y fue coronel.

No corras por todo el pasillo
pisando por dónde ha fregado
Vendrá con su mocho, enfadado,
gritando ¡Verás si te pillo!

Nació en un vulgar cuartel
perdido en Teruel.

La cara parece una fiera,
las manos son garras callosas
y dicen que no huele a rosas.
Es sucio por dentro y por fuera.

De joven domó un corcel
en un carrusel.

Parece un anciano amargado
con risa rasposa de hielo.
Se ríe si caes al suelo
o tocas el banco pintado.

No juegues con don Samuel,
¡un viejo cruel!



domingo, 3 de diciembre de 2023

A VOSOTROS

Vosotros, los humanos, sois tan frágiles,
pequeños, orgullosos y dolientes,
tan brevemente idiotas.
Pensáis que vuestra técnica es tan fuerte
que puede resolver cualquier problema
con la sagrada mente
blandiendo el arma blanca de la lógica,
con cálculos y física. Qué imbéciles.
Sois como niños ciegos,
negáis lo que la ciencia no comprende.
No veis lo más sencillo,
aquello que es más claro y evidente.
Los mundos invisibles,
las musas, los centauros y los duendes,
que moran escondidos
allí donde jamás buscó la gente
civilizada, práctica,
sin tiempo de soñar insensateces.
Vivís envenenados por el ego,
borrachos del poder de vuestras leyes.
Quedaos vuestra roca solitaria,
mediocres animales inconscientes
que yo desplegaré mis alas negras
para que nunca puedan retenerme.