miércoles, 8 de octubre de 2025

SIN CORAZÓN

Vacío, consumido por lo inerte,
sepulcro de un dolor que nunca nombra.
¿Un hombre? No. La esencia de una sombra
que a fuerza de sangrar se volvió fuerte.

Tan fuerte que parece ser castillo.
¿Un dios? Quizá. Si hay dios del desengaño
forjado a golpes de silencio y daño.
La soledad, su yunque y su martillo.

¿Se convirtió en espectro? No lo dudo.
Un viento místico de un mundo ajeno
que quiso ser verdad, hermoso, bueno
y renació sin corazón, desnudo.



miércoles, 17 de septiembre de 2025

SEMILLAS DE FUEGO

En esta irrealidad en donde habito
tan tosca, rutinaria, gruesa, burda.
En esta broma trágica y absurda
que cada canto se convierta en grito

y cada estrofa se convierta en flor.
En este mundo, cárcel de derrotas
donde gobiernan siempre los idiotas
planto semillas frágiles de amor.

Las llamo llamas y las digo dagas.
Lenguas de fuego artificial, sonoro
que cuando brotan manan puro oro
y si marchitan dejan tristes llagas.

Mas no quisieras no sentir su herida,
siempre tranquilo, pleno de cordura,
que la mayor condena es la amargura.
Vivir sin conocer lo que es la vida.






jueves, 29 de mayo de 2025

EL LIBRO

Ha mucho tiempo que estoy maldito,
místico padre de sombra larga.
En mi garganta se agosta un grito
y no consigo portar tu carga.

Nos exhortaste lecciones duras
para una vida limpia y completa
mas son tus páginas letras oscuras,
leyes terribles, ¡pálido asceta!

Yo que he vivido mil carnavales,
noches, bebida, música, vicio,
seguí mis ansias más animales
sin darme cuenta del precipicio

tuve la suerte, maldita suerte
de hallar tu libro, me interpelaba
a ser consciente cómo la muerte
lo arrasa todo y todo acaba.

Huyo de todo lazo terreno,
nada me alegra de lo carnal.
Las seducciones del desenfreno
son la semilla de todo mal.

Oh Kempis, Kempis, áspero amigo,
nos enseñaste que nada existe.
Llevo la angustia siempre conmigo
y es por el libro que tú escribiste.




viernes, 29 de noviembre de 2024

ESCAPAR

Yo quise ser un alma
de menta y de rocío,
cambiante como el río,
eterno como el mar.

Y quise ser libélula
pequeña y misteriosa,
la esencia de la rosa,
el fuego del hogar.

Volar con las luciérnagas
que habitan en dos mundos.
Bajar a los profundos
dominios de Plutón.

Reír junto al barquero
de pálida figura
sobre la barca oscura
que cruza el Aquerón.

Mas desperté de pronto
prendido por cadenas.
Me dicen que son buenas.
Las llevo por mi bien.

Me llevan ante un médico
muy serio en su escritorio.
"Qué hermoso sanatorio,
podré escapar también".