Vosotros, los humanos, sois tan frágiles,
pequeños, orgullosos y dolientes,tan brevemente idiotas.
Pensáis que vuestra técnica es tan fuerte
que puede resolver cualquier problema
con la sagrada mente
blandiendo el arma blanca de la lógica,
con cálculos y física. Qué imbéciles.
Sois como niños ciegos,
negáis lo que la ciencia no comprende.
No veis lo más sencillo,
aquello que es más claro y evidente.
Los mundos invisibles,
las musas, los centauros y los duendes,
que moran escondidos
allí donde jamás buscó la gente
civilizada, práctica,
sin tiempo de soñar insensateces.
Vivís envenenados por el ego,
borrachos del poder de vuestras leyes.
Quedaos vuestra roca solitaria,
mediocres animales inconscientes
que yo desplegaré mis alas negras
para que nunca puedan retenerme.
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