viernes, 5 de septiembre de 2014

YA NO PARECE EL MISMO

Ya no parece el mismo ¿qué le pasa? 
Su brillo se consume lentamente,
se funde entre las sombras de la casa
envuelto en un silencio indiferente.

Se tumba, le abandona la energía,
no busca compañía ni consejo.
Se desintegra en olas de entropía
al contemplar su rostro en el espejo.

Atrás quedó la fuerza de gigante,
el fuego del volcán abrasador,
la risa, la mirada desafiante.
Por no sentir, no siente ni dolor.

Cuando te acercas te contempla serio
como si no estuvieras a su lado.
Le miro y sólo observo un cementerio
maldito por las sombras del pasado.

¡No lucha! ¿Qué sucede? ¿Dónde fue
el universo mágico y distinto?
Si le hablas, no te atiende, ni te ve,
quizás le ha devorado un laberinto.

Como la desgraciada marioneta
que ignora cómo sigue estando viva
se mueve sin propósito ni meta,
como una embarcación a la deriva.

Te pido que me escuches, por favor,
a ti que miras frío desde el cielo:
¡apiádate! ¿No entiendes que es mejor
que duerma para siempre bajo el hielo?