viernes, 18 de enero de 2013

CON EL CORAZÓN

Para escribir en blanco, ten en cuenta
que debes ser sencillo y espontáneo.
Intenta no vestirte con disfraces,
embrollarán tu forma de narrar.

Existen mil maneras de perderse
en fuegos de artificio para simples.
Que todo lo que digas sea cierto,
tan cierto como el vuelo de las hadas.

A veces la metáfora es nociva,
a veces, el hipérbaton, dañino
y cuídate también de ser un cursi.

Acuérdate tan solo de una norma:
la música es la tinta de la pluma;
la pluma, el corazón del creador.



viernes, 11 de enero de 2013

EL CADÁVER

(Dedicado a Oriana Fallaci)

Europa, vieja furcia narcisista,
tu vientre está marchito y el abismo
te aguarda por tu hipócrita mutismo
que escondes tras un velo pacifista.

El miedo es tu peor antagonista.
Podrida en el pantano del nihilismo,
rechazas tu moral, te da lo mismo
tener la libertad o que no exista.

Si todo es relativo y zarandaja,
si el bien y el mal son términos iguales,
y todo es del cristal con que se mira,

Europa estás inerte en tu mortaja
de aromas vanidosos y fecales
y apestas cual cadáver en la pira.



martes, 1 de enero de 2013

EL REY DE AMARILLO

A lo largo de la orilla donde las olas de nubes chocan,
los soles gemelos se hunden bajo el lago,
las sombras se alargan,
en Carcosa.
(“En la desaparecida Carcosa”, Robert. W. Chambers)


A la orilla del lago de Hali,
donde el agua estancada rebosa
la inquietante ciudad de Carcosa
aparece mostrando su horror.
En sus frías paredes, las gárgolas
son insectos mezclados con trasgos.
Si no miras de frente a sus rasgos
te susurran embrujo y dolor.

El monarca amarillo pasea
su innombrable y blasfema figura.
Va esparciendo su propia locura
en las presas que elige a placer.
Ay de aquellos que aceptan su abrazo;
les regala su mágico signo,
venenoso, atrayente y maligno
y jamás se podrán esconder.

Nadie entiende su mente alienígena,
ni a su libro de cuentos diversos
que discurren en mil universos
y trascienden el mundo real.
Todo necio que sigue su sombra,
los que aprenden su ciencia prohibida,
sacrifican gustosos su vida
por la dulce promesa del mal.