sábado, 2 de julio de 2011

ACCIDENTADA DESPEDIDA

El reloj, fiscal severo, da su hora.
Me contempla con los ojos rutilantes
y recuerda que tras rápidos instantes
deberemos separarnos sin demora.

"No te marches, amor mío, por ahora.
Aún hay tiempo de besarnos como amantes"
-- me sugieres con tus labios susurrantes.
Yo me vuelvo, pues un hombre nunca llora.

Abrazados con cariño el tiempo pasa...
Escuchamos de repente algún sonido
que nos llega de la entrada de la casa.

Me estremezco mientras pierdes el sentido
y no es cosa de tomárselo con guasa
pues ya sube la escalera tu marido.



No hay comentarios:

Publicar un comentario