Lo dijo el español Germán Osorio,
un hombre mitad loco y mitad serio:
"el alma de mujer es un misterio,
es cielo y a la vez el purgatorio".
Ni pudo liberarse Juan Tenorio,
el gran conocedor del adulterio,
de sucumbir al dulce cautiverio
que convirtió su vida en velatorio.
Casarme me produce un miedo horrible,
mayor que al lobo, al tigre o al reptil.
¡No quise cometer tal tontería!
No puedo comprenderlo, qué increíble
¿porqué me convenció, con su fusil,
tu padre de pasar por vicaría?
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