y me devore el silencio
me vestiré de poeta
con mis mejores arreglos
que si la vida es teatro
exige un final soberbio.
Cuando me envuelva el vacío
entre sus brazos de hielo
y de mis labios azules
se escape el último beso
le miraré cara a cara
y le diré “te comprendo”.
Cuando la noche más larga
me invite a soñar su sueño
y mi familia visite
mi cuerpo frío en el lecho
me escaparé de la cárcel
y me uniré al universo.
A mis amigos les pido
con humildad y respeto
que sobre el mármol no escriban
una oración, sino un ruego.
“Si vienes a despedirte
no llores, que estoy durmiendo”.
Tan buen poeta como siempre... Me encanta tu blog. Te seguiré leyendo.
ResponderEliminarUn abrazo. Marisú
Es un placer contar con tu presencia en este espacio, poetisa.
ResponderEliminarEs un poema muy bello y con el mejor enfoque con el que se puede ver ese momento. Felicidades, Luis.
ResponderEliminarMuchas gracias, Alma en el verso, por acercarte a este lugar entre los mares. Me alegro que te haya gustado.
ResponderEliminarEsto es precioso cuando te encuentre la muerte; pero mientras tengas vida... cual será tu petición? VIVE!
ResponderEliminarBesitos
Precioso
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