sin nada que ocultar, un Luis sencillo,
un río cantarín y un tanto pillo,
travieso, juguetón, irreverente
y soy el mar oscuro y despiadado
que arrastra al insensato que navega.
Un dios Neptuno de mirada ciega,
un torbellino de dolor salado.
Soy como el pozo,
puro y profundo.
Al vagabundo
calmo la sed.
Bebe la sangre
desde mi aorta
que no me importa
desfallecer.
Como la lluvia fina
te calo lentamente hasta los huesos.
Inundo cada esquina
mojándote de excesos,
de risas, de caricias y de besos.
Contengo mil corales
y carpas bailarinas de colores
y pulpos colosales
y monstruos aun mayores
en la profundidad de mis dolores.
Soy la marea
en movimiento,
soy sentimiento,
agua de amor.
No me controles,
deja que mane
y que profane
tu corazón.
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