que por el día llora y por la noche grita,
antaño inquebrantable, hoy simple flor marchita
de manos temblorosas y cabellera cana.
Acaso la demencia ha vuelto más humana
a aquella seductora de pechos de Afrodita,
mirada venenosa de verde malaquita,
de corazón de mármol y piel de porcelana.
Los años han pasado, llevando en su torrente
recuerdos, ilusiones, orgullo y entereza.
El tiempo es un raudal que todo lo trastoca.
La herida más profunda le desgarró la mente.
Hoy chilla sin motivo y ríe de tristeza,
hundida en sus memorias, aquella vieja loca.
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