Mi deuda es tan profunda y tan sincera
con todo el ser humano, compañero,
que quiero descargarte tu dinero
y así poder saldarla como quiera.
No existe la ocasión ni la manera
que puedas esconder el monedero.
Recuerda, puedo hacerte prisionero
si guardas en tu arcón la billetera.
Qué grande es mi dolor, qué gran castigo,
por mucho que devore tu fortuna
mi deuda se acrecienta cada día.
Por suerte, nunca falta el buen amigo
que piensa que podré lograr la luna
si vota mi elección con alegría.
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