Que llueva la metralla
y griten los cañones con violencia.
¡Constantinopla, estalla!
Esperan tu sentencia
las tropas del sultán con impaciencia.
Metrópolis infiel,
estrella diamantina del oriente,
espejo de Babel.
Que caiga y se reviente
tu orgullo de ramera decadente.
No importa tu fortuna;
tus artes y tus leyes morirán.
Llegó la media luna,
bandera del Corán,
sométete por siempre al musulmán.
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