(me gusta hacerme retos)
mas siempre me complico demasiado
y temo convertirme en un pesado
(y vivo preocupado).
No tengo habilidad con los cuartetos.
Quevedo, tú conoces sus secretos,
(ocultos y completos).
Desvélalos, que vivo desvelado.
No duermo, soy un pobre desgraciado
(sin gracia, ni agraciado).
No puedo concentrarme en los tercetos.
Al fin voy terminando, poco a poco,
mis versos con constancia diligente
(algunos, de repente).
Aunque parezca duro tengo fe
en acabar con mi soneto loco.
Contadlos, sé que es largo y diferente,
(absurdo e impertinente)
porque, si fueran veinte, ¡terminé!
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