sábado, 1 de septiembre de 2012

AL LECTOR

Con un libro entre sus manos se imagina
gobernando los destinos del Japón
o volando de las selvas de Argentina
a las playas de la China
sobre el lomo de un dragón.

Ha luchado con los cuatro mosqueteros

enfrentándose a un siniestro cardenal.
Aunque a veces son borrachos, pendencieros,
vanidosos y altaneros
son amigos sin igual.

Si Don Pablos le enseñó la hipocresía,

Don Quijote le ha mostrado la virtud.
Sherezade, la mas rica fantasía,
y Romeo la energía
del amor de juventud.

Tras montar en el Nautilus, se ha marchado

de Sudáfrica hasta Costa de Marfil,
de los Andes al Cañón del Colorado,
y hasta el mítico Eldorado
bajo un río del Brasil.

El lector es un viajero diferente;

cada libro se convierte en su corcel
y galopa por los mundos de su mente
por la magia procedente
de un pedazo de papel.


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