Tus ojos negros eran brasa viva,
locura, rabia, destrucción, violencia.
¿Quién es la bestia, terca y combativa?
Ahab, verdugo, dime tu sentencia.
Al otro lado del oscuro sueño
el blanco monstruo, blanco de tu arpón.
Le llamas Moby Dick, tu propio dueño;
se ha convertido en presa y en prisión.
La caza es todo, nada más existe.
Ni la tormenta logra detenerte
que tu figura, destrozada y triste,
es la silueta de la misma muerte
El mar jamás permite dos titanes,
su ley estricta es ancestral, severa.
Sois poderosos como dos volcanes;
¡lanzad la lava, que el destino espera!
Casi le veo luchar con el animal, consigo mismo entre marejadas, allá a lo lejos, donde la sangre abrasa a las olas.
ResponderEliminarQue buen poema, Luis, es poderoso, como la ballena.
Me alegra volver a leerte :)
Ío
A mí me alegra haber regresado :) Muchas gracias Io por tu presencia. Siempre es un placer.
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