¿Y dejas, Pastor santo,
tu grey en este valle hondo, oscuro,
en soledad y llanto;
y tú, rompiendo el puro
aire, te vas al inmortal seguro? [...]
Fray Luis de León
Voy por sendas oscuras,
por estrechos senderos,
buscando entre la sombra mi camino.
Las etapas son duras,
los altos, traicioneros.
No puedo divisar aun el destino
Si fueras un amigo
y si me acompañaras
tendría aquella luz que tanto ruego.
Aquí no estás conmigo.
En estas horas raras
parece que sin Ti me encuentro ciego.
Si nos has engendrado,
en tu sabiduría,
con el alma sedienta de tu nombre,
¿por qué has determinado
con pérfida ironía
que no podamos verte hoy hecho un Hombre?
Si fuiste un Hombre antaño
¿por qué no serlo ahora?
¿Es menos necesaria tu presencia?
¿No escuchas todo el daño
que al mundo lo devora?
¿No sabes que sufrimos por tu ausencia?
Me dices sin rodeo
que siempre me mantenga
con fe y con esperanza en tu mensaje.
Olvidas que no veo
más hechos que tu arenga
y esperas que te siga en ese viaje.
Si fueses Padre bueno
y Tú nos observases
matándonos con saña y con maldad
pondrías pronto freno.
¿En dónde están tus frases,
cargadas de esperanza y de bondad?
¡Qué lejos hoy te siento,
parece que estuvieras
cubriéndote los ojos con la mano!
¡Escucha ese lamento
de voces lastimeras!
¡No dejes más que sufra el ser humano!
La combinación de versos de distinta medida le da un ritmo, una cadencia que me encanta. Tu forma de hablar con Él me es muy familiar, se parece mucho a la mía en lo cercana e inquisitiva que puede llegar a ser en algunos momentos. Gracias, Luis
ResponderEliminarbuscando flores encontré tu blog, ha sido una belleza leerte.
ResponderEliminarSandra
Muchas gracias por haberos detenido un momento a dejar un comentario. He estado sin ordenador las últimas semanas y comienzo a ponerme al día :)
ResponderEliminar¡Abrazos!