Un hombre ha perdido el alma.
Un hombre que es una sombray que vaga por las calles
desperdiciando sus horas.
Día, noche, llueva o nieve
haciendo ver que no llora,
que no recuerda tu nombre
y tu ausencia no le importa,
que la soledad le alegra
y que en las noches no implora,
abrazado a la almohada
cuando el sueño le abandona,
saborearte de nuevo
y entremezclar los aromas.
Camina sin rumbo alguno
atrapado en la derrota.
Un hombre ha perdido el juicio.
Va despeinado, sus ropas
son harapientos despojos.
Su rostro es tristeza y cólera.
Nada es eterno, repite
con una mueca en la boca.
La vida sólo es dolor,
todo carece de lógica.
Un hombre que fue poeta
y hoy tan sólo es un idiota.
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