Esta mañana de diciembre fría
que cala hasta en el fondo de la menteno importa si me abrigo, el alma siente
que te has marchado y llueve todavía.
Hoy llueve como ayer también llovía.
Cierro los ojos, todo es diferente
y hasta imagino tu perfume ausente.
Cuando los abro hay lluvia todo el día.
Un aguacero como un grifo abierto,
como un tambor frenético y sombrío.
Una tristeza gélida y mojada.
Qué mas me da empaparme si estoy muerto,
qué importa que naufrague en este río.
Te fuiste. Solo hay lluvia. Lluvia y nada.
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