En sus sueños los dragones crean mundos
que atesoran en su propio corazón.
Son antiguos, luminosos y profundos,
son de magia, poesía y emoción.
Los he visto, poderosos, señoriales,
buceando entre relámpagos del cielo
como dioses de los tiempos ancestrales
que cabalgan por las nubes en su vuelo.
No preguntes dónde viven si lo ignoras.
Son espíritus de fuego y fantasía,
son las llamas de pasión, devoradoras,
y el misterio de la efímera alegría.
En mis sueños me reclaman los dragones,
y me dicen: “Toma nota, al despertar,
ríe mucho, vive fuerte, no abandones,
que la luz es el camino a nuestro hogar”.
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