Oh, fuerzas del vacío,
sirvientes de la histérica entropía,
venid, os desafío.
Mi escudo es la alegría,
la espada es de razón y fantasía.
Nihilo, dios anciano,
tan viejo que te llaman postmoderno;
despótico, inhumano.
Tu beso, frío, eterno,
envuelve a los profetas del invierno.
El ansia les obliga
a obedecer tu código agresivo.
Señor de la fatiga,
rival del mundo vivo,
exiges un suicidio colectivo.
Aparta, ser supremo,
no tienes más poder ni autoridad.
Anciano, no te temo.
Escucha mi verdad,
yo canto al ser humano en libertad.
Amigo Luis, te agradezco mucho tu visita a mi blog, que te devuelvo para encontrarme con tu hermosa obra poética que volveré para leer más detenidamente. Preciosa esta lira dedicada a Nihilo, llena de fuerza y belleza. Creo que tenemos un concepto muy parecido de la poesía y eso es lo que más me ha gustado al leerte, pues esa que escribes es la poesía que ya más amo y con la que me siento identificado.
ResponderEliminarMe tomo igualmente la libertad de publicitarte en mi blog, a la vez que te dejo un saludo afectuoso.
Contundente determinación la que lleva por escudo la alegría, por arma la razón y la fantasía y por lema la fe en el ser humano en libertad. Te felicito por tu poema, Luis. Un saludo.
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