Con los besos que me diste
me he vuelto un hombre valiente.
Has quemado mi vacío
con los besos que me diste.
Soy como el sauce del río,
que besa el agua corriente.
Con los besos que me diste
me he vuelto un hombre valiente.
No hay miedo, vergüenza, pena
que se mezcle en la mirada.
Cuando te observo desnuda
no hay miedo, vergüenza, pena,
soledad, tristeza, o duda;
derrotamos a la nada.
No hay miedo, vergüenza, pena
que se mezcle en la mirada.
Y olé por este triolet...
ResponderEliminarPrecioso, amigo Luis.
Un abrazo. Marisú
Qué bonito, Luis, es un hermoso poema.
ResponderEliminarMe ha encantado¡¡¡
Un abrazo, besos
Ío
Con sus besos llenó de pureza el alma y la mirada... Muy bello, Luis. Un saludo.
ResponderEliminar