Morir a tiempo es la mejor partida
y no retroceder, mirar de frenteante la inmensidad vacía. Siente
cómo devora a besos cada herida.
Morir también es celebrar la vida.
No temas abrasarte, sé valiente,
disfruta el fuego que te da el presente
que la entropía sea tu querida.
Que sea aquella amante que reclama
tu juventud, la risa y el dolor,
con un amor surgido del abismo.
Abraza la pureza de la llama
y brilla en un segundo destructor
que vida y muerte son quizá lo mismo.
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