Quisiera ser quien al final del día
preste su fuerza en aliviar tu cargaa quien regresas cuando estás rendido
y necesitas reposar el alma.
No es necesario que pretendas siempre
ser el soldado que jamás descansa,
el centinela que protege el sueño
de los corderos en la noche larga.
Ven a mi encuentro, sanaré tus daños.
No necesitas explicarme nada.
Ser vulnerable no te vuelve débil.
Duerme, guerrero. Yo seré tu lanza.
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