Un amor tan salvaje y excesivo
que azote de pasión, que sus cadenas
se vuelvan la más dulce de las penas.
La herida sólo existe si estás vivo.
Que cada morderdura sea beso
y cada marca roja sea flor.
Dolor que rime con el verbo amor
es cuerda en la que quiero vivir preso.
De rodillas, cegado, sometido,
acariciado entero por tu fusta.
Más fuerte, más intenso, que me gusta
tu aliento susurrándome al oído.
No quiero amor de virgen damisela
ni cuentos que prometen un futuro.
Placer que asfixie, grite, se haga duro.
Amor que me penetre aunque me duela.
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