No me conoces, ¿piensas que me puedes?
Me quieres preso y obediente y mudo.
Te reto, ven, atrápame desnudo,
intenta sujetarme con tus redes.
Quieres atarme y rompo tus esquemas.
Hacerme tuyo, deja que me ría.
Soy la locura, el fuego, la alegría
que se derrama en flores y poemas.
Mi sangre es la de un sátiro inocente
tan dulce como oscuro y poderoso.
No atraparás al mar cavando un foso,
ni embridarás al viento de poniente.
Soy como el magma, me desbordo, fluyo,
quien te incinera con su fuego vivo.
Al mismo tiempo soy pasión y esquivo,
nunca seré jamás del todo tuyo.
Gozo el presente sin decir "lo siento",
paso la vida sin temor ni queja.
Sé que al final esperará la Vieja,
la abrazaré sin miedo o sufrimiento.
Hasta que cruce el misterioso umbral
de donde nadie regresó en la vida
arriesgaré mis cartas, la partida
acaba siempre de manera igual.
Sólo en tus sueños lograrás tenerme,
tus fantasías son un necio engaño.
En cada beso aspirarás mi daño,
si quieres conservarme duerme, duerme...
No hay comentarios:
Publicar un comentario