un aullido de sombra y de vacío.
Una dama vestida de complejos,
como un bucle infinito, un desvarío.
Es un juego de niños siempre viejos
en un mundo cadáver y baldío,
o la muerte que he visto allá a lo lejos.
Es mi antiguo dolor, pero es el mío.
Tiene un nombre tan dulce como un canto
y sus besos son miel viscosa, seca.
No hay poema que abarque su verdad.
Me acompaña en las noches de mi llanto,
cuando siento la furia, triste y hueca.
Es mi amante celosa, Soledad.
Es un gran soneto pero me siento casi obligada a decir que para mí, la soledad, como tantas otras cosas en la vida, se muestra y la vivimos cada uno bajo muchos aspectos y en circunstancias muy distintas... muchas veces la he sentido y aún la siento tal cual la describes, pero hoy por hoy, para mí, es más frecuente verla y sentirla como una amiga que muchas veces tengo que ir a buscar.
ResponderEliminarUn cordial saludo
Se me olvidaba... ya sé que es poco relevante pero personalmente me gusta mucho más esta presentación de tu blog, aquella otra con tantas miniaturas me parecía fría y desconcertaba un poco. En fin, sobre gustos cada cual tiene los suyos.
ResponderEliminarHasta pronto.