Asúmelo, recoge tus pedazos.
La gente no te quiere ¿qué te importa?
La vida es corta, demasiado corta
para llorar necesitando abrazos;
para llorar por no tener contigo
a nadie que te aguante tus manías.
No mientas, en el fondo lo sabías;
no existe nadie a quien llamar amigo.
Ni nadie que se arriesgue a conocerte.
¿Qué tienes que ofrecer? No tienes nada.
Acéptalo, tu nave está varada
frente a las costas de la misma muerte.
No hay nada bello en ti ni verdadero,
¿y qué, si la existencia es un engaño?
¿Acaso eres el único con daño?
Despiértate, levanta tu trasero.
¿Vivir es una guerra que has perdido?
Permite que me ría, ¡todo el mundo
se ahoga en ese charco tan profundo!
No hay nadie que no luche malherido.
Camina vista al frente, no te pares.
¿Sufrir, soñar, sentir? No seas necio
que la esperanza cuesta un alto precio
y todos los deseos son pesares.