domingo, 23 de mayo de 2010

VICTORIA

Escucho cada día la misma cantinela
de jóvenes ancianos enfermos de vacío.
No gozan, no se ríen, prefieren que les duela.
Son los fantasmas tristes que vomitó el hastío.

Hoy canto con la fuerza de un coro de campanas,
de rayos de tormenta en medio del verano,
del sol cuando despierta gozoso en las mañanas,
de quien besó la vida, y le tomó su mano.

También he visitado la cárcel de los hielos,
la jaula sin paredes del miedo a la derrota,
la envidia sofocante, la herida de los celos,
cuando cavé mi tumba y me volví un idiota.

Vencí las soledades armado de alegría.
Salí de la penumbra feliz, fortalecido.
Doy gracias; hoy he vuelto a ver la luz del día
pues derroté a la nada porque encontré el sentido.



2 comentarios:

  1. Enhorabuena por haber conseguido encontrar ese sentido. Entre los jóvenes encuentro de todo, como siempre ha sido, pero hoy los efectos de la época en que vivimos se hacen más patentes si cabe en un amplio sector de la juventud, sin embargo tengo la suerte de dar con muchos otros ante lo que me quito el sombrero porque merecen todo mi respeto y admiración. ¡Bravo por ellos!

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  2. EXCELETE, un placer leerte. Te dejo mi felicitación y te doy las gracias por haberme traido hasta aquí para poder admirarme. Gracias POETA.

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