lunes, 24 de mayo de 2010

LA REBELIÓN DE ATLAS

A John Galt

Sacúdete, gigante, la cadena
y rompe enfurecido los grilletes.
Tu fuerza es tu prisión si te sometes
por propia voluntad a la condena.

Tan falso es el delito que tu pena
jamás se acabará. Son tus billetes
la piedra con que afilan los machetes
aquellos que maldicen tu faena.

No aceptes mantener a quien te infama.
Rechaza su moral por ser indigna,
su impúdica llamada al sacrificio.

Apaga tu motor, detén tu llama,
sé sordo a toda súplica maligna
y morirán muy pronto por su vicio.


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