Shar'arkan – La sombra de la desolación
En el apogeo de su juventud, Shar'arkan vivía en Ishtar, una próspera ciudad-estado de Babilonia conocida por su riqueza y su vibrante cultura. Rodeado de lujos y riquezas, desde joven mostró una inclinación hacia el conocimiento y la magia. Sin embargo, en su interior había un vacío; una necesidad insaciable de poder que lo impulsaba a buscar más, a pesar de la abundancia que lo rodeaba.
La plaga
Todo cambió cuando una oscura plaga comenzó a asolar la ciudad. Las cosechas se marchitaron y la gente se encontraba al borde de la desesperación. La plaga, inicialmente vista como una maldición, se intensificó cuando las autoridades, incapaces de encontrar una solución, comenzaron a perder el control. La escasez de alimentos llevó al descontento entre el pueblo, generando protestas y revueltas que se extendieron como el fuego en un campo seco.
En medio de este caos, un sacerdote corrupto, Malakar que servía a Azrael, un oscuro dios de la destrucción, vio la oportunidad de aprovechar el sufrimiento de la población. Utilizando su influencia y su conocimiento de la magia negra, alimentó el descontento y manipuló a la gente para que se levantara contra el gobierno. Las calles de Ishtar se convirtieron en un campo de batalla, con facciones rivales luchando por el control, mientras Malakar se erguía como una figura poderosa en medio del tumulto.
La promesa de Nyarzalath
Shar'arkan, al ver el sufrimiento de su pueblo y el desastre que se avecinaba, decidió que debía actuar. En su búsqueda desesperada de una solución, a partir de un antiguo mapa de uno de sus libros de historia viajó a las ruinas del desierto de Naramrod, donde encontró un antiguo grimorio lleno de secretos prohibidos. Este libro, lleno de rituales oscuros y hechizos poderosos, prometía el poder de sanar y restaurar. Fue allí donde hizo un pacto de sangre con Nyarzalath, una entidad estelar que le otorgó habilidades inimaginables a cambio de su alma. El joven erudito creyó que había encontrado la clave para salvar a Ishtar. Sin embargo, no sabía que Nyarzalath había estado manipulando a ambos, queriendo utilizar a Shar'arkan como un peón en un juego mucho mayor.
Con su nuevo poder, Shar'arkan buscó enfrentarse a Malakar, creyendo que al detenerlo, podría restaurar la paz en su ciudad. En un oscuro altar frente a un abismo, rodeado de sombras y vientos aullantes, se encontraron. Malakar, fortalecido por la oscuridad que lo rodeaba, se burló de Shar'arkan, revelando que había estado en contacto con Azrael y que la plaga era solo el comienzo de un plan más siniestro.
"Tu magia oscura no puede salvar a tu pueblo, Shar'arkan. Solo alimentará a las fuerzas que ya han comenzado a devorar este mundo", proclamó Malakar, su voz resonando con un eco ominoso. Con sus sentidos aumentados, hechicero pudo ver cómo un ejército de demonios subía a toda velocidad por las grietas del abismo.
Ganar es perder
Shar'arkan, cegado por su deseo de proteger a Ishtar, lanzó un poderoso hechizo. Sin embargo, la energía oscura desatada por el enfrentamiento atrajo la atención de Nyarzalath. En un giro inesperado, la entidad decidió que era el momento de tomar el control, y el poder que Shar'arkan había buscado se volvió contra él. La confrontación hizo que el ritual se descontrolara, abriendo un portal a las profundidades del infierno.
En un último intento de detener a Malakar, Shar'arkan desató toda su magia. Convocó un hechizo para expulsar a los demonios a través de un vórtice mágico pero Malakar, burlándose de su esfuerzo, se lanzó al portal, siendo consumido por las llamas infernales. Sin embargo, en lugar de morir, fue transformado en una criatura aún más poderosa y oscura, un ser que ahora servía a Azrael como su mensajero.
Mientras tanto, el hechizo que Shar'arkan había lanzado lo dejó gravemente herido y corrompido. La corrupción del pacto de sangre y su conexión con Nyarzalath lo transformaron, alejándolo de su propósito original. Aunque había intentado salvar a Ishtar, su lucha con Malakar había desatado un poder que lo dejó atrapado entre las sombras, un hechicero oscuro que había perdido la pureza de su corazón.
El hechicero errante
Despojado de su humanidad y de aquellos que amaba, Shar'arkan se vio obligado a aceptar que su búsqueda de poder había llevado a su pueblo a la ruina. A partir de ese día, se convirtió en una figura trágica, un héroe caído que vagaba por las tierras desoladas, utilizando su magia oscura no para buscar redención, sino para proteger su estilo de vida hedonista y su riqueza en un mundo que se desmoronaba.
La historia de Shar'arkan se convirtió en una advertencia sobre los peligros del poder sin responsabilidad y de la lucha entre la luz y la oscuridad que reside en todos nosotros.
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